Mi primer año en el colegio comenzó en una clase de infantil de 3 años y otra de 4. Era tutora del grupo de 3 años, y el primer día que pasé con mis alumnos pude observar que mis pensamientos iniciales no estaban totalmente en lo cierto.
Al haber estado trabajando anteriormente en un colegio extranjero en el que el inglés es la lengua materna de los niños y por lo tanto entendían todo, pensé que a mis alumnos y a mí nos costaría entendernos y comunicarnos ya que, como colegio bilingüe, las profesoras de inglés hablamos en todo momento en este idioma para que la inmersión lingüística sea real y efectiva.
Cuál fue mi sorpresa cuando llegué a la clase de segundo de infantil y pude vivenciar en primera persona el nivel de comprensión de la lengua que tenían aquellos niños y niñas con tan solo 4 años, me quedé fascinada. Cierto es que, en la clase de primero de infantil existían algunas diferencias entre los niños y niñas que ya habían tenido contacto con el inglés durante sus primeros años en la escuela infantil del colegio, respecto a los que comenzaban por primera vez.
Gracias al método de inglés que usamos en Educación Infantil, me permitió a través de distintas herramientas como nuestra adorable mascota, canciones pegadizas, historias, experimentos y juegos, crear un vínculo afectivo y seguro con mis alumnos y acercarles al mundo fascinante de descubrir y aprender una lengua nueva de forma divertida.
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Ahora me gustaría contaros una de tantas anécdotas que suceden diariamente con nuestros pequeños en las que podemos apreciar cómo relacionan cosas aprendidas con su entorno e intentan expresarlo usando el vocabulario que conocen.
Un día estábamos todos juntos repasando los sonidos aprendidos de distintos “phonics” con la ayuda de nuestra mascota Mouse, la cual iba señalando el fonema y los niños tenían que hacer el sonido acompañado del gesto que asociamos a dicho Phonic.
Mouse señaló “A” y todos los niños hicieron el sonido y el gesto de dicho phonic, y acto seguido una niña dijo:
- “El nombre de my daddy is como A-apple: A-Alberto.”
A lo que otro niño contestó:
- “Pues my cat se llama A-Ada y is black”
A continuación, más niños comenzaron a decir más ejemplos de nombres de personas que conocían los cuales comenzaban con el mismo sonido que phonics aprendidos. Desde entonces, cada vez que descubrimos un fonema nuevo, empleamos unos minutos en pensar palabras que conocemos que comiencen con el mismo sonido.
Día a día me sigo asombrando de la capacidad de aprendizaje de los alumnos de Educación Infantil, de la facilidad y rapidez con la que aprenden, pero, sobre todo, de la actitud positiva que demuestran a la hora de enfrentarse a situaciones nuevas y complejas. Siempre con una sonrisa y dando los mejores abrazos del mundo.
Me siento muy afortunada por formar parte de su crecimiento y aprendizaje.